
Madrugar para esquiar nunca ha sido un esfuerzo, sino una gran satisfación, y esta nueva temporada a sido así también. Ilusión, nervios y alegría por los poros de la piel en el viaje rumbo a los Alpes Italianos, todo acompañado de algún q otro patinaje con el coche por el hielo. Nunca había perdido el control del Polo tanto como hoy en el pueblo donde están las pistas de esquí. Hoy hacía dos años que me saqué el carnet de conducir, y mi dominio sobre el asfalto me ha salvado de una catástrofe (jeje).
Un sábado con todas las pistas abiertas, y con el forfait para las pavas gratis debería ser mítico día de todo lleno de gente; pues ni un alma en la nieve. Unas palas enormes, todas rojas y negras, nieve perfecta, temperatura soportable... y cuatro pelaos esquiando. No daba crédito a tal goze. Buaaah, y es q ya casi no recordaba lo q era sentirse así, bajar pistas y pistas, a todo disfrute y sin nadie alrededor, sentir esa soledad momentánea, el deslizamiento perfecto por la nieve, desfasar haciendo el idiota mientras bajas; en definitiva, felicidad absoluta concentrada y disfrutada; sin problemas en la cabeza, sin nada más en mente q ilusión por vivir ese momento. Y qué decir de ese dolor de las piernas cargadísimas al final del día, con la nieve más sueltilla, pero dándolo todo igualmente.
A todo esto, al viaje ha venido otra chica q está aprendiendo snow, y al principo del día le he estado guiando un poquillo para q pierda el miedo a girar, y lo iba consiguiendo.
Retornando ha salido a flote el cansancio acumulado, y ahora mismo me cuesta mantenerme de pie. Pero aquí permanezco en internet, y atónito por el e-mail de mi jefa de estudios de España, q me ha comentado q había recibido noticias de la secretaría de la escuela de aquí de q no estaba agusto y quería volver. Estupefacto. La hija puta q se encarga de los Erasmus aquí le ha debido decir eso a mi jefa de estudios a raíz de la conversación q tuve con ella, en la q simplemente le decía q no iba a ir más a una asignatura porque no me gustaba ni me aportaba nada. Y como le sentó bastante mal, se ha tomado la justicia por su mano queriendome mandar a casa, ¡pedazo de guarra! Si no me cambia el plano de estudios, sacaré un cero en esa asignatura porque no voy a ir más, pero de aquí no me largo hasta marzo.