Otra vez aquí, en la sala de internet de la residencia.
Despedida mientras la nieve caía en Bilbao (q bonito!), y al aeropuerto (viaje por cortesía de mi amigo Andoni, un crack!). Al llegar allí la de facturación dijo q el aeropuerto de Milán llevaba cerrado todo el día por la nieve pero q ya estaba abierto, y apuntó a q "tendriamos un aterrizaje divertido", pero fue muy soso la verdad. Y el viaje en sí, lo hicimos sentados en la primera fila de alante, con los baños en frente. Sentarse ahí es descubrir mil y una cosas nuevas del avión, los movimientos de los azafatos... entresijos varios.
Llegar aquí, con todos los bordes de la pista llenos de nieve, nieve para resvalarse al bajar por las escaleras, y hasta el Polo nevadisimo. Tenía miedo de q no arrancara pero a la primera, sin defraudarme mi querido VW.
Hasta las 12 no llegamos a "casa", y el avión había salido a las 8 de la tarde. Un kebab para entrar en calor y asimilar q esto es lo q toca, Italia again.
Hoy por la mañana los reyes magos me han obsequiado con su regalo atrasado, el iPhone, q se une a la Wii como regalos estrella de este año. Y con el nuevo jugetito, seguiré adecuandome a estar aquí, y añorar las pedazo de vacaciones de navidad.
