Ayer empezé de nuevo las clases en la escuela italiana, y deluxe. La gente me recibió con mucha efusión, y muy majetes todos. Mara, una chica de clase, me hizo un regalo de navidad q me hizo mucha ilusión, y nose, todo de muy buen royo y sin haberme olvidado nada de italiano, incluso yo diría q ahora se me da algo mejor; le han venido bien las vacaciones a mi neurona.
Otra agradable sorpresa fue q los de clase están organizando un viaje para ir a París el 22 de enero, y ahí q me voy con ellos. Me preguntaron y dije "Si!", y ellos flipando, "no les preguntas a tus padres?" y yo "Nono, q voy fijo"jeje. Así, sin indeciones. Ya tengo el avión, y lo cojonudo es q el viaje lo hago con sólo italianos de clase, gente maja!
En la piscina viví un momento q me hizo reflexionar sobre mi "jo q pena q vuelvo a Italia con lo bien q me lo estaba pasando en Bilbao". El caso es q estube hablando de casualidad con dos italianos, y según me preguntaban se miraban entre ellos y ponian caras extrañas; luego me explicaron q yo estaba viviendo su sueño; ellos llevaban tiempo planeando ir a España después de haber estudiado Gráfica Publicitaria (también estudio creativo como lo mio). El tema es q esos pavos me miraban con cara de admiración, y yo lo único q había hecho hasta ahora desde q he vuelto ha sido no valorar nada. Y nadando reflexioné y menudo gilipoyas, a lo de allí ya me reengancharé cuando vuelva, y esto tengo q volver a exprimirlo al máx, q tengo una suerte de la ostia con los compañeros, y con todo en general.
Eso sí, es imposible no tener un poco de ganas de querer volver después de haberme dado cuenta de lo q me importa una persona de allí, por la q más he apostado a q salga bien. Y salga bien o no, eso no me impide disfrutar de mi experiencia erasmus.
Como apunte anecdótico, vuelvo a estar enfermo de gripe por.... decimoquinta vez, mi salud e Italia están enemistados. Y bueno, el iPhone, grrrr, q goze!
